jueves, 16 de septiembre de 2010

¿POR QUÉ ME HICE MATEMÁTICO? (Antonio Aranda Plata)


Hay momentos en la vida de un hombre en que uno debe sentirse orgulloso de lo que hace. Para un matemático, esto no es sencillo. Investigar en matemáticas, contribuyendo con algún resultado es algo reservado para unas pocas mentes privilegiadas. El común de los licenciados en matemáticas, lo que se encuentran es una gran cantidad de sonrisas socarronas cuando admiten ser profesores de matemáticas o haberlas estudiado en la universidad. A veces, es bueno reencontrarse con compañeros de profesión, que comparten con uno su trayectoria formativa, y buscar los motivos que le hacen a uno sentirse a gusto con lo que ha estudiado y con lo que se dedica.
Antonio Aranda, profesor de Álgebra en la Universidad de Sevilla, nos brindó una entretenida conferencia en la que reivindicó que uno se hace matemático simplemente porque sí, porque le gusta. Muy bien traída estuvo la frase de Euclides que, ante un alumno que le preguntó para qué servía todo aquello que estaba enseñando, replicó "Dadle una moneda y dejadle que se vaya. Éste sólo quiere saber para ganar".
Creo, sin embargo, que es conveniente que los profesores de matemáticas conozcamos más aplicaciones de todo lo que enseñamos, pues es una gran forma de motivar a nuestros estudiantes. El propio conferenciante nos brindó una interesante aplicación: los calendarios, que se completarían con el taller "Matemáticas en el calendario" al día siguiente.
Ya conocíamos algunas historias interesantes referentes al calendario desde las anteriores JAEM de Girona, en la charla de Anton Aubanell, pero Antonio Aranda nos recordó algunas de las peculiaridades del calendario romano, la reforma de Julio César, o la instauración del calendario juliano. Recordaré algunas notas básicas para que quede constancia escrita, pero de momento la lectura de los enlaces mencionados es un buen camino para recordar esta conferencia.

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